POEMAS DE LOS UNOS Y LOS OTROS

Vendremos aquí para recordar y releer a los poetas que conformaron nuestro gusto, a los que son ya casi como de la familia, a los que siempre volvemos. Vendremos aquí a saludarlos como se saludan las viejas fotografías...Machado, Vallejo, Pessoa, Cernuda, Lorca, Juan Ramón Jiménez...


Algunos días traeremos a otros, a los amigos que escriben y nos enseñan mucho, a los que cantan canciones que nos conmueven. Queremos venir aquí cuando ahítos de prosa sintamos la necesidad de una caricia.

Hoy traemos a esta paz a Luis Alberto de Cuenca:

El desayuno
Me gustas cuando dices tonterías,
cuando metes la pata, cuando mientes,
cuando te vas de compras con tu madre
y llego tarde al cine por tu culpa.
Me gustas más cuando es mi cumpleaños
y me cubres de besos y de tartas,
o cuando eres feliz y se te nota,
o cuando eres genial con una frase
que lo resume todo, o cuando ríes
(tu risa es una ducha en el infierno),
o cuando me perdonas un olvido.
Pero aún me gustas más, tanto que casi
no puedo resistir lo que me gustas,
cuando, llena de vida, te despiertas
y lo primero que haces es decirme:
«Tengo un hambre feroz esta mañana.
Voy a empezar contigo el desayuno».


Y a Jota Siroco: 

¿Quien sabe si alguna vez
la luz
te descubrió joven
y consciente de que a nadie
podría ofender el deseo,
que era la mirada
tan pura como la desvergüenza
y el pudor no aguantaba
ni el primer asalto.
Quien sabe si alguna vez
el desnudo
volverá a romper la mañana
y gritará la mentira
de un poema de amor.
Quien sabe
si podríamos soportar
tanto sufrimiento?


(De "Alguien tendrá que decir la verdad al amor)