En Liberia, los oficiales castigaban duramente a los soldados que consumían drogas o que se excedían con la bebida en los cuarteles, pero cuando llegó la hora de matar, violar, asesinar y cortar la cabeza al enemigo, los oficiales se ocupaban de que al obsceno pelotón de matarifes no le faltara el alcohol ni los narcóticos más excitantes, así, cuando iba cayendo la tarde, los ojos de aquellos soldados brillaban consumidos por una grotesca lujuria de depredación y sadismo.
El código de honor del ejército ruso, que viene del otrora glorioso Ejército Rojo, considera el asalto y el pillaje una degradación intolerable del militar, que podía ser castigada como falta muy grave, sin embargo; cuando la aviación ha terminado su asesinato en masa, se insta a la tropa a entrar en las casas destruidas a llevarse lo que les plazca como botín de guerra. En este botín se incluyen como es lógico la violación, milenaria arma de guerra, y la tortura, afición unánime de los ejércitos del mundo.
Los habitantes de Osetia del Sur, saben que el ejército de Georgia es afecto a la OTAN, y eso los deja mucho más tranquilos porque mientras son masacrados por las bombas, saben que sus cachos de carne serán utilizados como prueba en el tribunal occidental que se inventen los buenos, para castigar los crímenes del conflicto bélico.
La soldadesca yanki tiene debilidad por ametrallar afganos cuando éstos van a contraer matrimonio. Saben que siempre saldrá un general bien afeitado y saludable que cubrirá legalmente los excesos de los chicos, que ofuscados por las salvas de celebración nupcial, no tuvieron más remedio que disparar, para salvar vidas, pongamos que en Chicago.
¿De qué gente se nutren los ejércitos? , ¿en cuál de ellos alistamos al cafre que mató a puñetazos a un hombre por haberle arañado el coche?
1 comentario:
me gusta la foto quillo
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