viernes, 21 de noviembre de 2008

MIS ZOZOBRAS COMPLETAS: VESPERTINA

Si tenemos que abandonarnos, hagámoslo a los sueños, frecuentemos nuevamente la quimera desolada, acariciemos otra vez con la perseverancia de entonces el cuerpo desnudo que yace a nuestro lado, acariciemos incluso nuestro propio cuerpo ofrendándonos a Onán. Si hay que abandonarse mejor hacerlo a esas tardes de otoño tocando rocanrol en un local infecto, con amigos que vienen y amigos que se van, como en la copla. Añoremos la voluptuosidad de nuestras viejas melenas heavys convocando la alegría de nuestra actual destreza guitarrera. Si ha llegado la hora en la que no levantaremos sueños adosados en nuestras rústicas parcelas porque no queda ni dinero, ni confianza, ni huevos, levantemos el bendito castillo que dibuja en el aire la medida de nuestras ilusiones. Si tenemos que abandonarnos porque son tiempos perros, mejor hacerlo a la poesía, sentados así, tranquilamente en un velador de Casa Dueñas, cuando cae la tarde y apenas se ven ya por las aceras derrotados hombres con maletines, hablando como enfermos del mercado por teléfonos móviles que hieren el espacio. Cuando la ciudad siente un conato de alivio vespertino, mientras que amorosas legiones de mamás con sus niños salen a airearse de las servidumbres del hogar y los chiquillos se montan en el carrusel mínimo de caballitos, con las caras iluminadas, revalorizando el caballo aquel de cartón de Don Antonio Machado. Si vamos a abandonarnos a nuestra suerte, tras las duras horas de trabajo, tras la dura cicuta de las nóminas, los banqueros, las colas del paro y las ruinas, tras toda esa cotidiana porquería, hagámoslo paseando por la orilla de este río y disfrutemos del prodigio de la luz que mece sus colores sobre el agua. Seamos revolucionarios si vamos a abandonar: defendamos lo que queda de nuestra vida.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

En Sanlúcar ya no quedan revolucioanrios; nadie pasea en invierno por la orilla sur del Guadalquivir sanluqueño.
"El retornado a Luceferi Fanum"

Anónimo dijo...

Las revoluciones no se hacen contemplando el orto desde la orilla, sino bloqueando el curso del río que llega al corazón del sistema.

Gallardoski, eres grande con la palabra, pero pobre luchador con las ideas. Se te da mejor "mecer los colores" que apuntarte a la "revoluzao"... pero te seguiré leyendo..

Anónimo dijo...

Mira que revolucionarios...que ni dan la cara...Anónimos Cutres...