A Cristóbal Puebla
Cómo desfilan
Estos insensatos ángeles
Con su disfraz de nube
Que nunca nos engaña.
Prospera el tiempo
Su sedimento homicida
Y comprendo lo breve
De un espacio extraño,
La vanidad con que la noche
Nos precipita hacia otra luz
Más difusa...
Esa luz, la busco en la boca del lobo
Y aún allí temo encontrarla.
Nadie discute nuestra experiencia:
¿Por qué hemos llegado con palabras
a dejar constancia de cómo
hemos existido?
¿Para notar el bochorno de la juventud?
¿Para sentir el hinchado corazón de la provincia,
cómo contiene su esputo medieval,
cómo eleva sobre el mugriento altar de la fealdad
sus estatuas de arena?
Sólo puedo decir que la música
Se irá por donde vino
Con el sigilo característico
De un héroe al que se ignora.
Tardío vengo a dar cuenta
De la disolución y la demencia
Pero ¿no lo supe todo el tiempo?
No;
pensamos que al final aquella “Era”
Siempre futura
– cuando llegue, cuando llegue
En silencio pretextaba-
Había pasado por nosotros
Incapaces al final de asir
Un haz de luz
Parar el tiempo.
El fuego irrepetible repite insistente
Su ceremonial de ceniza
¿Viviremos para ella?
JUAN ANTONIO GALLARDO.- (de Disoluciones y moradas)
2 comentarios:
Interesante poema, ¿es un poema verdad? Sorprendente este tono cuando estamos acostumbrados a ciertas frivolidades prosaicas en este blog.
queremos mas
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