viernes, 12 de diciembre de 2008

DIÁLOGO DE TONTOS

Un tonto le dice a otro tonto:

¿A que tú no sabías que unos señores que se dedican a defender el mundo libre por el orbe, agarran a sus prisioneros, los trasladan en aviones dicen que secretos, hasta unas mazmorras (que ahora llaman centros de detención) o hasta campos de concentración (también llamados ahora “Centros de Internamiento” y que todo esto lo perpetran lejos de sus fronteras, en países súbditos (también conocidos como “aliados”) o a través de gobiernos comparsa ( “Incipientes democracias”, según la poética terminología al uso)
Y que hacen todo esto allende los mares porque, defensores de la libertad como se postulan, consideran de bastante mal gusto o incluso ilegal, hacerlo en los Estados Unidos de América, ese basto país?.

El tonto continúa: Y cuando por fin tienen a esos sospechosos encerrados sin juicio ni defensa ni abogados ni otras gaitas de los estados garantistas, dicen las malas lenguas- la jauría marxista que todavía vive los últimos estertores de aquella ideología- que los someten a tormentos indecibles y a torturas horrorosas (también conocidas como castigos físicos moderados).

El otro tonto, asqueado por el discurso propagandístico expresa con una mueca la repugnancia que le producen esas sospechas y afirma con absoluta convicción: “La señora Condolezza ya le ha dicho a un pavo alemán que va por ahí de ministro de asuntos exteriores, que todo es un despropósito y una campaña de difamación contra el glorioso Imperio y que en breve- en cuanto encuentren las excusas apropiadas- darán a los aliados la pertinente información sobre los secretos vuelos que los agentes de la CIA van haciendo cual turistillas por los espacios aéreos de los países a sí mismos llamados independientes.”

El tonto más tonto de los dos tontos dice ¡puaj! Porque sabe cómo son esas explicaciones de los americanos y como es tan zoquete, no se le ocurre otra cosa que recordarle al otro tonto, cómo durante los años ochenta los atildados antiterroristas de hoy, fomentaron con sus bombas y sus cosas, el auge del fundamentalismo islámico en Oriente Próximo, frente a las propuestas panárabes laicas que representaban algunos personajes como Nasser, cómo convirtieron en héroes a los talibanes que luchaban contra el yugo soviético, temerosos entonces ya los soviéticos de que todas las repúblicas limítrofes con Afganistán, terminarán imbuidas del fanatismo religioso afgano.

Eran los tiempos célebres en los que se podía decir, como de hecho se dijo de Augusto Pinochet: “Es un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta”. Incluso le recuerda el memo al otro memo que el tirano Sadam Hussein, también fue hombre de confianza y socio privilegiado de la administración americana, tanto que el Cheney, ese fanático minelarista cristiano, se iba con él de parranda por los palacios de Bagdad para firmar acuerdos económicos y políticos de gran envergadura moral. Y que sólo cuando la guerra Irak e Irán, concluyó, con la derrota militar y la ruina de ambos bandos pero el pingüe beneficio de la administración Reegan (acuérdense del Irangate) y el equilibrio de alianzas financieras se inclinó hacia el lado saudí (otra bonita democracia aliada del imperio, como se sabe) censuraron la dictadura del partido Baaz, de inspiración socialista y laica, y convirtieron a Sadam en icono del terrorismo islamista internacional.

El otro tonto también dice : ¡Puaj! Porque no le tienen ningún respeto a su correligionario. Qué coño sabrás tú de política internacional y de geoestrategia chachi pirulí, melón. Tú lo que eres es un simpatizante de los turbantes y un traidor a tu patria que te gustará hasta el estatuto de Cataluña, en tu estulticia “pogre pija acomplejada”
Ahí terminan el diálogo los dos idiotas, porque se sabe que los tontos como ellos, sólo dicen tonterías.

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