sábado, 3 de septiembre de 2011

ARTISTAS INVITADOS


Si cayéramos mañana, en la batalla, víctimas del infarto de miocardio, del cáncer, de la depresión o del suicidio, vendrían a glosarnos y a rendirnos homenaje muchos de los que hoy afilan sus navajitas cada vez que nos ven pasar por delante suyo.
La muerte o la completa desgracia desactivan cuitas y rencores y pasa uno enseguida a formar parte de los mejores, los que siempre se van. Muerto el perro se acabó la rabia, dice el refrán, lo que no queda tan claro es si la rabia periclitada es sólo la del finado o se apacigua, con la muerte del perro, también la rabia de los que quieren ser enemigos.

Me da que sí, que acaso eso de morirse consigue que prescriban los odios, las envidias, los rencores que se hayan podido ir suscitando. Hasta el buen dios, no vio otra solución para la perfidia del mundo, que la muerte de su hijo, es decir la suya propia según la esquizofrénica poesía lírica de la trinidad. Por eso tranquiliza tanto a sus defensores la pena de muerte, que a nadie resucita ni nada soluciona, pero hace que el vengativo descanse por fin de su sed de venganza, que medio olvide de una vez la afrenta o el delito. Debe ser muy duro vivir odiando o envidiando, de ahí ese rictus como de estreñimiento severo con que muchas personas se manejan.

También, si mañana acabáramos para siempre nuestro deambular por este valle, nos quedarían muchas cosas que decir, muchas palabras de afecto que hemos ido dejando para después, para ese momento futuro de la vida en el que nos soñamos fuera de peligro y capaces de asir la paz.
Cuando esos pensamientos tenebrosos vienen al caletre es bueno llamar a alguien por teléfono rápidamente, quedar para tomarse una cerveza, fundar un colectivo de víctimas de la tristeza, abrazar a la mujer y a la hija que nos miran divertidas, como diciendo ya está este otra vez, qué querrá. Poner música de Mozart y dirigir la orquesta un rato, leerse de un tirón seis o siete poemas de Carlos Edmundo de Ory, comprarse alguna tontería de plástico en un chino, visitar a la madre, darle esa caricia tantas veces postergada, no sé; poner en orden los cariños para que no nos descubramos malversando el amor que nos han regalado, la amistad que nos ofrecen, la vida que nos dieron.

La suerte nos ha traído montoncitos de mierda que quisieran componer, así todos juntos, la gran sinfonía de hedor y diarrea, pero frente a esto, nos ha dado , como un regalo que nos hace suspirar y tirar hacia delante , algunos buenos amigos, muchos de ellos incompatibles entre sí y que, sin embargo, quieren estar con uno, echar el rato, hacernos favores cuando más lo necesitamos.

La nómina es lo suficientemente extensa como para llenar este folio virtual. No vamos a nombrarlos porque nos hemos ido basando en la discreción y el rigor formal para encontrarnos por las avenidas del mundo. A mí, como en la copla, me gusta tener un montón de amigos para así más fuerte poder cantar. Me gustan mis amigos guitarristas, bajistas, bateristas, poetas laureados y sin laurear, teatreros, politizados, jornaleros o aburguesados, versallescos o canallas. Cada uno tiene un nombre que puedo decir en voz alta y por el que puedo jugarme la cara en caso de que alguien venga a calumniarlos. 

 

Pero también hay una parte fea y grotesca a la que no deberíamos hacer ni caso. ¿Por qué los traemos aquí? ¿Estamos de verdad enfadados con alguien? ¿Acaso no comprendemos casi toda la maledicencia?

Hace ya algunos meses decidí administrar los comentarios que tiran (uso el verbo con toda la intención) algunos lectores al blog por donde me vierto (este verbo ha salido así, como un sarpullido y no me da la gana quitarlo) .

Sólo publico los comentarios laudatorio es una broma esto que hago conmigo mismo porque las alabanzas son muy escasas, raquíticas , pero cuando salta una, zas, la pillo al vuelo y la publico. Lo hago más que nada por irritar a los malvados que se ven condenados al ostracismo de mi brevísima península, que para eso es mía, hasta que me corten el internet.

Los espumarajos de un grupo o de un multiforme anónimo, qué sé yo, los mando directamente al cubo de la basura. En algún articulillo lo advertí, pero el crítico o los críticos fijos, no se dieron por aludidos o en realidad ni lo leen a uno, sólo le escupen, y ahí siguen, cada semana, con su biliosa cruzada , así que apenas empieza un servidor a leer su diatriba, le da a eliminar con el pulgar hacia abajo, como un Cesar en el circo romano, y me quedo tan pancho.

Escribir así, casi siempre en primera persona o perorando de lo que me pasa, es la única forma que tengo, que sé, de juntar palabras. Podría humillarme y decir que sé muy poco y que lo poco que sé me ha costado bastante aprenderlo. Leyendo mucho, quitándome de otros placeres más vanos como mirar la televisión o jugar al fútbol los viernes por la tarde. Fijándome en lo que saben los otros y absorbiendo lo que puedo de esos amigos míos, de sus tertulias, de su ejemplo, de sus militancias o de sus libros. Prestando mucha atención a los listos de la clase y pendiente de que se me pegue algo. Con todo esto he conseguido cierta prestancia, alguna capacidad de enhebrar la aguja de los argumentos y a veces, en los días buenos, hasta de los sentimientos.

Esas son las armas que tengo. Pocas y con la pólvora regular, es cierto. Como cierto es que al malo de mi novela le producen arcadas esta celebración de uno mismo que descubre en cada artículo que me lee, que me pregunto yo para qué ese mal rato, esas ganas de cabrearse con un fantasma. No puedo, sin embargo, administrar los – así llamados- comentarios que se producen en otras páginas que tienen a bien sacar mis artículos a consideración pública (ay qué frase) .

Pese a la fama de Narciso de barriada que pueda tener, jamas releo algo que haya escrito una vez publicado, me da cosa mirarme en ese espejo que como los del callejón del gato, representan siempre deformidades del estilo, ideas que pensamos que estaban bien cuando las escribíamos y que expuestas en la plaza, nos dan como grima, como vergüenza porque creímos escribir en la intimidad de nuestra torre y se ve uno como cuando lo graban en un vídeo; mas gordo, más feo, más raro de lo que uno creía que era. Ya digo; una vez publicado algo, a otra cosa.

Alguien me advierte entonces de los – así llamados- comentarios que inspira mi escritura en la concurrencia. No se cree que no los he leído nunca e insiste. Da igual, le digo, no tiene importancia hombre. Será seguramente cosa de un genio con fatiga, o de un bromista. Seguro que es eso; un bromista y un cachondo que se parte el pecho con esas cosas. Pero el amigo es tozudo se ha empeñado, así que me manda una recopilación de algunos de ellos por correo electrónico que ha cogido de las páginas llamadas “Sanlúcar digital” y Sanlúcar t.v.. Esta es una selección de los que me ha enviado. Los publico tal cual, con sus peculiaridades ortográficas y léxicas, para que vean que, ya puestos, pueden venirse- sólo un rato, eh- por aquí a convulsionar como la niña del exorcista la tranquilidad de esta alcoba.

Luz: Patético.

Lector: Deja de escribir tonterías, inten tas dartela de filósofo de barrio, de Sabinero e incluso de Javier Krahe, pero lo único que te sale son boberías. Dedica este espacio a otras noticias y no pierdas más el tiempo.

Esperpéntico: dejese de escribir adulaciones y dediquese a entender lo que es el sindicalismo.

Guillermo de Melk :Se ovaciona usted a si mismo, lo siento Gallardoski, ese truco es muy viejo.

Eligio Gonzalez: pues de nada joven, ya lo dijo alguien, al que usted le tiene muchas simpatias y le hace continuas reverencias, ¡si a mi vecino no le gusta como yo vivo pues que se mude!. O dicho mejor en el lenguaje "barramedazo",si no le gusta mi tierra, vuelvase al, coño de su madre total, para lo que usted aporta.

Ciudadano : No se como un medio como este permite publicar semejantes chorradas, y más con los tiempos que corren, donde debieran primar las noticias de interés y dejarnos de estas pamplinas de el señor este, que se aburre y escribe aquí.

Sevillano :Bien Baboski, bien

Lucía :Babosito

justiciero: Ah, pero si el malaespina tiene hasta su pequeño corazoncito y ahora resulta que piensa como un padre a la antigua usanza. No, si al final este malaespina se va a convertir en un asqueroso conservador.

Smiley: Yo, con perdón, tengo la impresión que todos estos comentarios, los ha escrito el mismo articulista, lo siento Gallardoski, pero ese truco ya es muy viejo.

Marga : Estas viejo y baboso, Gallardo, das pena. Mirate en el espejo, esas canas, esa cara de falso progre que quiso ser poeta, ten valor hombre para estar solo y dejalo ya... Ponte a leer en tu casa, estas muy visto, ten la dignidad de apartarte a un lado y en cualquier caso, aplaudir, solamente, desde el anden la carrera...

Eligio Gonzalez: la verdád, el articulo, es para dejar a la confitería Pozo sin merengas.

¿Ustedes creen que esto está bonito? Decirle estas cosas a un hombre de mi edad, con lo sensible que estoy...¡ay, criaturas!


3 comentarios:

Pepe Fernández dijo...

Es verdad que los comentarios que enaltecen tu clase como escritor o como juntador de palabras, y como persona, son cualitativa y cuantitativamente mayores que éstos.Así sinceramente sólo nos queda felicitarte siempre que escribes algo.

Piniófilo dijo...

Desde antaño, los denominados por su actitud provocativa y el rechazo a las normas establecidas, poetas malditos, -poco o nada reconocidos en vida-, han padecido desgraciadamente de estos múltiples reproches de ataques envidiosos. !Quizás! tú, lleves el mismo escabroso camino de serlo algún día, aunque sea a menor escala !quien sabe!, como dijo Cela: nuestra función es dar testimonio del tiempo que nos ha tocado vivir. Un consejo: sigue escribiendo y pasa totalmente de la crítica, sea buena, o mala, es sólo eso, “crítica”.
Ya sabes: A palabras necias, prosa maldita... Un saludo

Mari dijo...

Yo realmente lo que no entiendo porque hay gente a la que tanto molestas con tus escritos y pensamientos pero siguen leyendolos toditos, oye. Y ya no son ni criticas constructivas ni na, es criticar por dar por culo valiendose del anonimato que da internet.
Tan listos como son todos ellos, que hacen que no están escribiendo articulos en cualquier periodico de tirada nacional?
Realmente no merecen siquiera que te molestes en mencionarlos...
Lo dicho, a mi me gustas!!!!
Saludos