viernes, 9 de enero de 2009

GAZA

Esta obscena representación de la bestia que desde el cielo asola y destruye, siembra la desesperación y el dolor entre los supervivientes, colma de de hombres y mujeres a pedazos los hospitales, muestra niños inertes sobre improvisados sudarios, ilumina con la belleza atroz de la muerte el horizonte de la ciudad sitiada, reduce una sociedad herida y vapuleada durante décadas a escombros, a un paroxismo de horror; es catalogada con grotesca socarronería por babosos opinólogos y por mierdas escribientes de distinto pelaje, como un gusto por el exhibicionismo del pueblo palestino.

Otro sinvergüenza afirma que la capacidad de dolor del pueblo palestino es muy superior a la del pueblo judío, ergo la respuesta al puto cohete del miliciano de Hamás, debe ser así de asquerosa, así de desproporcionada.

Veremos a un joven israelí, como de película bélica barata, morir y ser apaleado su cadáver por una turba fanática y vengativa y eso nos partirá el corazón, porque aunque nuestra testuz y nuestras costumbres se parezcan más al palestino, nos identificaremos de inmediato con el héroe.

Todos los héroes son blancos, todos los héroes son guapos y los palestinos no son ni blancos ni guapos y sus muertos no tienen glamour cinematográfico ninguno.

Habrá un alto el fuego, los mediadores internacionales brindarán por el acuerdo, las putas de lujo harán sus completos en los hoteles donde los embajadores se relajan de las tensas negociaciones.

Se estrecharán las manos y este nuevo episodio irá diluyéndose por los sumideros de la actualidad periodística. Los muertos callarán para siempre.

Nosotros también, como si estuviéramos muertos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

estoy con usted Sr. Gallardoski.
Mame(---------Taxco------)Mexico.